Monta tu gimnasio en casa con 3 claves. Tendencias
Redactor
Alejandra Perea
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Monta tu gimnasio en casa con 3 claves.



Ya te has decidido: vas a hacer deporte en casa. Antes de agarrar una mancuerna, coge papel y boli. Estos son los imprescindibles para montar tu zona de entrenamiento.

Quedarse en casa puede sonar aburrido. Hay gente que piensa que es sinónimo de pereza o descanso. Y muchas veces lo es, pero no siempre. El hogar es para lo que tú quieras. Si ahora deseas entrenar con intimidad, a cualquier hora y con tus tiempos, tu casa es el lugar ideal.

¿Es engorroso? Puede ser hasta divertido. ¿Necesito mucho espacio? Tienes la capacidad de trabajar todas las partes del cuerpo en un sitio pequeño. ¿Es solo para principiantes? Qué va. Tanto si ya tienes la rutina, como si la vas a comenzar, es una opción. ¿Y es efectivo? Sí. Vas a mantenerte en forma si lo haces con disciplina y técnica. Este es un paso esencial para un estilo de vida saludable.

Resueltas las primeras dudas, vamos con las 3 claves para montar tu gimnasio en casa.

Qué debe tener la habitación donde se ubique el gimnasio.

Disponibilidad y dimensiones del espacio de entrenamiento.
Cabe la posibilidad de que tengas una habitación en desuso en tu vivienda, así que adaptarla como zona de hacer deporte será genial. Si este no es tu caso, te tendrás que conformar con un rincón de una de las estancias. Entonces, tienes que estar atento al orden para realizar ambos usos en esa habitación. También, ten en cuenta que puedes contemplar un espacio al aire libre. La terraza, el patio o el jardín pueden ser una buena idea.

En cualquiera de los casos, vas a personalizar tu propio gimnasio. Por seguridad y comodidad, es aconsejable que el punto donde sitúes la zona de entrenamiento sea de unos 3 metros cuadrados. En esa área podrás hacer ejercicios de suelo, te moverás con libertad y habrá capacidad para alguna máquina o material.

Luz y ventilación durante tu sesión deportiva.
Es vital que haya, al menos, una ventana para la circulación del aire. Sobre todo, porque entrenar con el ambiente cargado es contraproducente.

El otro beneficio de contar con una ventana es la luminosidad. Aprovechar la luz natural es uno de los hábitos para el ahorro de energía. Además, la satisfacción visual es favorable para el ejercicio. Por ello, cuanto más grande sea la fuente de luz y aire, mucho mejor.

Encuentra tu reflejo.
Este apartado podría ser opcional y según tus posibilidades, pero reconocemos que poder observar la ejecución de los ejercicios ayuda mucho para rectificar y mejorar la técnica. Incluso, es una ventaja en cuanto a sensación. Los espejos hacen que los espacios pequeños tengan una apariencia mayor.

Protege el suelo y a ti.
La esterilla va a ser tu mejor compañera de entrenamientos. El yoga, el pilates o los ejercicios basados en peso corporal, entre otros, necesitan de algún tipo de esterilla. Protege nuestras articulaciones de que se hagan daño, amortigua y aísla del frío. Además, se enrollan enseguida, ocupando un espacio reducido.

Si decides adquirir una máquina, lo suyo es que cubras esa parte del suelo con paneles de goma. De esta manera, evitarás roces y roturas. Muchos de los aparatos ya cuentan con elementos para impedir que esto ocurra.

Equipo multimedia.

Y ponte música para seguir el ritmo. Conecta tu móvil a un altavoz. También hay quien entrena con la televisión para ver tu programa favorito. Mientras vas cargando tu energía. Además, puedes ver clases online para dirigir la sesión.


Considera los objetivos.
Hasta el momento hemos visto aspectos generales. El propósito por el que haces ejercicio va a influir en el acondicionamiento de tu espacio de entrenamiento. ¿Cómo? Si lo que quieres es desarrollar fuerza, el planteamiento del área será distinto a si quieres mejorar la resistencia cardiorrespiratoria o readaptar una lesión.

Así que determina tus intenciones principales. Además de alcanzar estas metas, realizar ejercicio de manera constante tiene otros beneficios, como la reducción del estrés y la prevención de enfermedades.


Elige el equipamiento deportivo adecuado.
Empieza comprando el material básico, que podría ser: mancuernas, esterilla, comba, pesa rusa, bandas y gomas elásticas o fitball. También puedes adaptar objetos que tengas en tu hogar, como garrafas o botellas.

Las máquinas son otra opción si cuentas con el espacio. Las más comunes son la cinta de correr, la bicicleta elíptica, la máquina de remo, el rack multifunción o la multiestación.


Actualmente, las estaciones son compactas y ocupan lo mínimo. Mide bien el espacio disponible antes de comprar máquinas o herramientas. Tienes que tener en cuenta las dimensiones y sumarle el espacio que necesitas para ejecutar el ejercicio. Y un consejo: compra lo primordial al inicio. Poco a poco podrás ir haciéndote con más.

Recuerda, podrías tener lo mejor de los dos mundos. También es compatible con ir a un gimnasio usual. Algunas actividades puedes realizarlas en tu hogar y otras allí.

Con estos apuntes ya puedes empezar a diseñar tu espacio de entrenamiento en casa. ¡Ánimo y buen entreno!

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